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CUENTOS DE MEDIANOCHE Vol.12: LAS TRIBULACIONES DE UN CHINO EN ESPAÑA
Nota del editor: Tras mucho tiempo sin publicar nuevos "CUENTOS DE MEDIANOCHE" retomamos la sección BIBLIOTECA CINE DE MEDIANOCHE; en esta ocasión con un relato que nuestro amigo SIR PETER VAM PUS escribió inspirándose en la figura de nuestro colaborador Espigado-Caracortada, al cual dedicamos el susodicho. Yo ya estaba acostumbrado a que Miguel, uno de mis mejores amigos, se perdiera por el mundo.Había estado en India,Canadá, Inglaterra. Se plantaba con su mochila y se buscaba la vida.
Por eso no me sorprendió cuando me dijo que se iba a China.
Nos despedimos y mi vida transcurrió durante dos meses con su habitual rutina.
Un día a la vuelta del trabajo él ya estaba en casa.
Yo me alegré y le insté a que me contara que tal le había ido.
Por lo menos, la emocionante vida de otro le aportaría algo a la mía.
Lo único que hizofue mirarme de forma apagada y decir casi en un susurro:

-Ha estado bien. Me voy a dormir, estoy muy cansado.

Estaba rarísimo.
Al día siguiente me levante temprano para trabajar, como siempre.
Cuando volví, esperaba que un suculentos manjares estuvieran en la mesa.
Miguel era un gran cocinero, sus viajes le habían aportado exóticas recetas.
Muchas veces me había sorprendido con ellas al volver del trabajo.
pero no fue así. La casa permanecía tal y como yo la había dejado.
Me acerqué a su cuarto y toqué:
-¿Estás?.
No contestó, pero se oían ruidos.
Yo tenía mucha hambre, así que me hice algo rápido.
Comí, y me entró la modorra de siempre, pero estaba inquieto.
De nuevo, golpeé la puerta del cuarto de Miguel.
-Pasa.
Abrió el pestillo y entré.
Su cuarto estaba lleno de trastos y cachivaches de laboratorio, cosas que hacían ruiditos.
Parecia el laboratorio de una peli de serie B.
En su mesita, un aparato de radiocontrol emitía voces en Chino a las que Miguel respondía en el mismo idioma.
Yo me quedé paralizado, cuando reaccioné le pregunté:
-¿Qué cojones es esto?
El seguía a la suya.
Yo traté de salir, pero una especie de gnomo que salió de no sé donde me cerró la puerta.
Un chino enano me apuntaba con una extraña pistola.
-¡Quieto ahí hijoputa! El minichino hablaba español.
Sonó un zumbido y la pistola expulso un rayo naranja.
A partir de ahí no recuerdo nada más. Desde entonces estoy en un Pc las 24 horas del día.
Solo paró 20 minutos para comer. Todo forma parte de un plan de dominación. Según el chinito, los mensajes que escribo contienen mensajes crípticos. Da igual que lo que escriba sea una autentica chorrada. El efecto subliminal de los mensajes es fulminante, y todo el que lo lee se convierte en un zombi a su voluntad.

Sed felices.

UN RELATO DE : SIR. PETER VAM PUS