LluviasUna noche de lluvia torrencial siempre termina resultando un tanto extraña. De una forma o de otra siempre te acaba calando, bien sea por los pies, bien por la cabeza. Muerto de frio y cubierto de humedad he conseguido llegar a casa hoy, invadido por una tormenta bastante triste, con un punto de mala leche.
Hay días, y sobre todo noches, en que un exceso de sensibilidad te lleva a encontrarte un poco fuera del círculo, a darle demasiadas vueltas a la cabeza y a no terminar de tomarte las cosas demasiado bien. ¿Serán los cambios que se avecinan?. Serán...
Cierren bien las ventanas, y no me hagan mucho caso.