Inconscientemente dedico una gran parte del día a pensar en el blog. Buscando, guardando, pensando, investigando, aprendiendo, sorprendiendo. Aunque siempre pienso que debería escribir más, al final las fotografías terminan por hacerme caer. Una y otra vez. Una y otra vez. Pero, ¿quién se puede resistir ante estas imagenes?. Yo desde luego, no puedo.

De la misma forma me ocurre en la vida real (sí, más allá del blog también existe un hombre confuso). Paso gran parte de mi tiempo observando, analizando y almacenando. Buscando detalles distintos, pero sobretodo armónicos. Y como en el blog, termino siendo demasiado purista...

Todo esto tiene una razón de ser. Esta mañana me he cruzado a una señora que lucía con orgullo un bolso tamaño XXL de fondo negro brillante y bordes dorados con una imagen de Marilyn (la del vestido dorado, algún día la subiré). Me ha chirriado tanto que aún no me he recuperado. ¿Qué pensaría Marilyn de todo esto?. Y lo peor, ¿sabría esa señora quien era Marilyn?.

¿Véis? Demasiado purista.