



Como todo en esta vida, una modelo no es solamente una cara armoniosa, una figura proporcionada o unos rasgos atractivos. Si solamente nos fijaramos en estas tres cosas prácticamente todo el mundo podría ser modelo. Todos tenemos nuestro equilibrio, esa proporción exacta que nos hace vernos más guapos que el resto de días. Esto unido a grandes dosis de maquillaje, una iluminación estupenda, un vestuario favorecedor y ya está, cualquiera puede convertirse en top model de primera linea.
Pues no, no todo es así. Una modelo se convierte en una verdadera modelo cuando consigue captar nuestra atención, cuando entre las 500 hojas de editoriales de las revistas consigue destacar, cuando nos sorprendemos buscando su nombre. Y aquí es donde entra Agyness Deyn en mi reflexión.
De las modelos que últimamente acaparan las portadas mi favorita es Agyness sin duda. Ni es la más guapa, ni la más perfecta, pero desde luego tiene una fotogenia increible y ha conseguido que me aprenda su nombre. Eso es todo un logro!!
Y es que esto es aplicable a todos los aspectos de la vida, sino ¿alguien es capaz de recordar la cara de Róisín Murphy?.