Joan Crawford formaba parte de la realeza de Hollywood, de ese grupo de actrices que consiguen deshacerse del nombre para pasar a ser La Crawford. Sin embargo su vida estuvo marcada por la locura. Interpretaba 24 horas al día, era víctima de constantes ataques de histeria, se vió rechazada por los estudios de cine, cayó en el alcoholismo, maltrató a su hija hasta encerrarla en un convento.

Gracias a Mommie Dearest, la adaptación al cine de la biografía de Joan Crawford escrita por su hija Christina, nos hemos hecho fans de la locura y la maldad de la Crawford. Hasta el último momento de su vida consiguió salirse con la suya y martirizar a cualquiera que interrumpía su paso.

Aunque la película no está nada bien valorada, Faye Dunaway interpreta magistralmente a Joan Crawford. Además, la fotografía y la estética del film son increibles. Cada frame es una pequeña obra maestra. Como pequeño ejemplo y adelanto: