Retro Save + Inspiration
Tal vez sea el desfase temporal o tal vez la falta de profundidad, pero Muerte en Venecia resulta una película demasiado plana. Intenta ser tan sutil y delicada, que termina pasando desapercibida. El juego entre Dirk Bogarde (gran papel) y el joven efebo polaco se diluye entre demasiado espera, planos demasiado largos y tramas secundarias sin sentido alguno.
Aún así, hay que verla, sin cuestionarse muy bien qué se está viendo. Una película de silencios y medias sonrisas. Una película de miradas entre los canales venecianos.