Nunca había visto Persona de Ingmar Bergman y aunque no tenía ni idea de su argumento, de sus protagonistas o de su estética, algo me impulsaba a verla. Y hoy, por fin, he podido hacerlo, entre truenos, relámpagos y tormentosa lluvia.
Desde el primer minuto me he sentido atrapado, y hasta el final no me he podido despegar del sofá. Ya no solamente es que Bibi Andersson y Liv Ullmann estén absolutamente perfectas, o que la estética del film sea hipnótica, o la forma de rodar de Bergman, sino que esta película tiene algo distinto. Va más allá.
Durante años Persona ha sido una película oculta. Imposible de encontrar. Y la verdad es que empiezo a entender el porqué.







Ah, sin duda, se merece 4 globos.